
Los contratos forman parte de nuestra vida diaria mucho más de lo que pensamos. Comprar una vivienda, alquilar un local, pedir un préstamo o incluso contratar un servicio de telefonía: todo ello se regula a través del Derecho Civil.
¿Qué es un contrato?
El contrato es un acuerdo de voluntades entre dos o más partes para crear, modificar o extinguir una obligación.
En otras palabras, es el marco jurídico que da seguridad a las relaciones económicas y personales.
Requisitos de validez de un contrato
Para que un contrato sea válido, el Código Civil establece tres elementos esenciales:
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Consentimiento: que las partes manifiesten su voluntad de contratar libremente y sin vicios (error, violencia o dolo).
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Objeto: debe ser lícito, posible y determinado.
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Causa: la razón o finalidad que justifica la obligación.
Principales tipos de contratos civiles
Algunos de los más habituales son:
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Contrato de compraventa: regulado en los artículos 1445 y ss. del Código Civil.
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Contrato de arrendamiento: tanto de bienes inmuebles como de servicios.
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Contrato de préstamo: con o sin intereses.
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Contrato de donación: cuando una persona transmite gratuitamente bienes a otra.
Consecuencias de incumplir un contrato
El incumplimiento puede dar lugar a:
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Ejecución forzosa (obligar a cumplir lo pactado).
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Indemnización por daños y perjuicios.
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Resolución del contrato, con devolución de lo entregado.
¿Por qué son importantes?
Los contratos no solo protegen los intereses de las partes, sino que aportan seguridad jurídica y permiten resolver conflictos de manera clara.